A todos nos han roto el corazón en algún momento. Y no, no me refiero solo a ser abandonado por tu novia de la secundaria.
El mercado de divisas también tiene su propia forma de hacerte llorar hasta quedarte dormido, dejándote destrozado y sintiéndote indefenso.
Claro, podrías decir que dejaste de emborracharte con chocolates y que ya lo superaste. Pero, ¿se ha dado cuenta de que no ha apretado el gatillo en una operación porque le recordó una supuesta «Operación del año» que no salió como quería?
¿Ha experimentado recientemente una gran pérdida o una serie de pérdidas en forex que le dieron un gran golpe emocional? ¿A menudo se siente sacudido emocionalmente por lo que cree que debería ser un estrés normal? ¿Eres incapaz de romper con los malos hábitos, aunque los conoces?
Si respondió “sí” a estas preguntas, es posible que esté sufriendo un trauma emocional.
El trauma emocional generalmente ocurre cuando experimentamos una amenaza a nuestra seguridad y protección.
Aunque nos ayuda a evitar repetir los mismos errores, también puede ser paralizante para un trader. Puede conducir a la creación de malos hábitos perjudiciales no solo para nuestra psicología, sino también para nuestras cuentas.
Entonces, ¿cómo se previene el trauma emocional?
En primer lugar, debe practicar una gestión de riesgos sólida.
Para los traders, las experiencias traumáticas a menudo surgen de una mala gestión de riesgos.
Operar con grandes posiciones, usar stop loss mal colocados y ser demasiado agresivo puede amenazar la cuenta y, por lo tanto, la sensación de seguridad financiera.
Ser detenido cuando su límite de pérdidas se colocó correctamente y se ajustó al riesgo no debería ser traumático porque las pérdidas son inevitables. Sin embargo, elegir no usar SL y perder la mitad de su cuenta definitivamente le dará pesadillas.
En segundo lugar, debe prepararse para lo peor pero planificar lo mejor.
Se trata de preparación mental. Si te propones aceptar golpes y golpes, entonces casi nada alterará tu concentración.
Pero recuerde, aunque nos preparamos mentalmente para la posibilidad de una pérdida, NUNCA debemos perder de vista y siempre trabajar para lograr nuestro objetivo final: ¡ganar!
En otras palabras, debemos prepararnos para perder, pero siempre operar para ganar.