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La importancia de los hábitos

Los hábitos que formamos en nuestro día a día pueden ser la diferencia entre el éxito y el fracaso. Aprender una nueva habilidad, seguir un presupuesto o incluso limpiar tu casa es más fácil cuando tienes buenos hábitos sobre los que trabajar. En esta entrada del blog hablaré de cómo asegurarte de que estás cultivando los hábitos adecuados para la vida que quieres llevar.

1. Empieza por echar un vistazo a tus hábitos actuales: cuáles son y cómo te sientes con ellos.

Si quieres vivir la vida de tus sueños, es importante que todos los aspectos estén sincronizados. Una de las formas en que esto puede ocurrir es haciendo balance y averiguando qué hábitos necesitan más trabajo o ajustes para que se alineen con nuestro destino deseado, en lugar de ir a la deriva sin rumbo hacia cualquier opción posible disponible en un momento dado.

Este proceso comienza observando dónde nos encontramos actualmente en un espectro emocional que va desde una persona estresada y ansiosa que se pregunta si el día de hoy estará bien porque nada más importa, hasta un gurú del amor propio que finalmente experimenta una profunda satisfacción, no muy diferente a la de flotar en lo alto de la tierra, sintiéndose ingrávido al saber que todo está alineado exactamente como se pretendía.

2. Piensa en la vida que quieres tener dentro de cinco años: cuáles son los factores clave de esa vida.

Dentro de 5 años, estarás contento con lo que tienes. Reflexionarás sobre tu vida y pensarás: «Lo he conseguido». Así que no te preocupes por las pequeñas cosas que crean tensión en tu día a día ahora mismo. No vale la pena sacrificar el futuro por algo tan poco importante cuando todo este tiempo está pasando de todos modos. Tómate un tiempo para averiguar qué es lo que más te importa, porque si conocemos bien nuestros valores, vivirlos debería convertirse en un hábito más que en un acto de fuerza de voluntad o disciplina.

3. Averigua qué hábitos te ayudarán a llegar a donde quieres estar, y cuáles podrían no ser tan buenos para tu futuro yo.

Considera la posibilidad de empezar por lo que es más importante (por ejemplo, dormir más) o empezar poco a poco con un cambio de hábito a la semana.

4. Crea un plan sobre el tiempo que te llevará cambiar cada hábito, y establece expectativas realistas para ti mismo.

Crea un plan sobre el tiempo que te llevará cambiar cada hábito, y establece expectativas realistas creando una hoja de cálculo personalizada que haga un seguimiento de tu progreso. Ten en cuenta la línea de tiempo en la que la gente suele hacer cambios de este tipo: a veces pueden atascarse o renunciar a sus objetivos una vez que las cosas empiezan a parecer más difíciles de lo esperado; otras veces toda nuestra motivación vuelve con toda su fuerza en cuanto rompemos una barrera inicial (mentalmente hablando).

Planificar con antelación ayuda a evitar ambos escollos porque, aunque no hay atajos para los hábitos, ¡hay que comprometerse! La planificación de los pasos que hay que dar primero nos permite abordar los problemas difíciles de frente, en lugar de sentirnos abrumados por el camino.

5. Haz un seguimiento de tu progreso a lo largo del tiempo con una aplicación como Habitica o algo similar.

Sigue tu progreso a lo largo del tiempo con una aplicación como Habitica o algo similar para ver cuántas tareas realizas en un día, una semana y un mes. También puedes establecer objetivos basados en los datos que te proporciona este programa.

6. ¡Recompénsate cuando los nuevos hábitos se mantengan! ¡Es importante celebrar el éxito en el camino!

¡Celebra cuando consigas que un nuevo hábito se mantenga! El proceso del éxito puede ser difícil, así que es importante que nos recompensemos a menudo. ¿Qué mejor manera que con comida sana o un episodio de atracón de tu programa favorito?

¿Por qué no celebrarlo después de que todo ese trabajo duro dé sus frutos al final?

7. Ocúpate de cualquier problema de salud mental lo antes posible.

Imagina un futuro en el que puedas vivir tu vida sin preocupaciones. Sabes que, para muchas personas, lo único que se interpone en su camino es una enfermedad invisible y que no van a ir a ninguna parte hasta que alguien les ayude a encontrar alivio a esos sentimientos de angustia o de zozobra; ahora imagina cómo sería probar nuevas rutinas cada día para que esto ocurra lo antes posible.

Un análisis en profundidad muestra que cambiar tus pensamientos y comportamientos puede ser extremadamente difícil cuando te enfrentas a un trastorno como la depresión o la ansiedad, ¡pero esto no significa que debamos esperar a que estos problemas empeoren para actuar! En lugar de esperar a que aparezcan síntomas como la tristeza para probar estrategias de autocuidado (como la meditación), ¿por qué no pruebas a practicar ahora? Serás más consciente de que si hay algo que me molesta, tal vez haya algo que no esté bien, es decir, mi actitud displicente ante la vida, porque nadie quiere tener cerca a un compañero infeliz que le deprima.

Espero que esta entrada del blog te haya resultado útil para comprender cómo funcionan los hábitos y qué pasos debes dar si quieres cultivar otros nuevos y positivos. Recuerda que no siempre es fácil; a veces tu cerebro tratará de poner excusas para explicar por qué no te parece el momento o el lugar adecuado. Pero con algo de paciencia, determinación y trabajo duro, ¿quién sabe? Puede que te sorprenda la rapidez con la que se pueden formar buenos hábitos.

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