Es habitual que la gente tenga dificultades para alcanzar sus objetivos. Esto se debe a que a menudo nos proponemos demasiados objetivos a la vez. Cuando eso ocurre, puede ser fácil desanimarse y abandonar por completo nuestro objetivo. Pero hay algunas medidas que puedes tomar para evitar este problema y alcanzar tus objetivos más rápidamente, así que si estás buscando una guía para esto, ¡sigue leyendo!
Determina tus objetivos y priorízalos.
¿Cómo priorizas tus objetivos? Es una pregunta que muchos nos hacemos, pero por mucho que intentemos responderla por nuestra cuenta, la tarea es difícil. Los objetivos tienen todo tipo de formas y tamaños. Así que: Determina cuáles son los objetivos más importantes para ti. Una vez identificados, priorízalos en orden desde el más importante hasta el menos importante. La planificación es una parte fundamental del éxito y es imposible sin priorizar.
Haz un plan para alcanzar esos objetivos.
Elaborar un plan es uno de los pasos más importantes para alcanzar tus objetivos. Hacerlo te ayuda a trazar un mapa de lo que tienes que hacer, cuándo hay que hacerlo y por quién.
Los componentes clave para crear tu propia estrategia de éxito son identificar dónde quieres estar dentro de un tiempo establecido, idear ideas concretas sobre cómo vas a lograr ese objetivo en el tiempo que has establecido, evaluar si esas estrategias funcionarán de forma realista dada tu situación actual (nivel de ingresos), decidir cuáles tienen sentido en función de su alineación con otras prioridades personales o profesionales y, por último, designar a alguien o algo como «el guardián», responsable de garantizar que todos los aspectos se mantengan alineados para cumplir esa visión.
Crea un calendario para alcanzar cada objetivo.
Cuando una persona se fija objetivos, siempre es útil establecer plazos alcanzables. Crear una agenda con plazos claros ayuda a la persona a saber cuándo puede esperar que se completen ciertas tareas y qué parte de su vida tendrá que dedicar a ellas.
Tener algo tan sencillo como saber exactamente qué tarea es la siguiente puede parecer insignificante al principio, pero esta táctica de planificación puede acabar ahorrando horas de valiosa productividad que, de otro modo, se habrían esfumado por la procrastinación.
Sigue el plan: asegúrate de que es realista para tu estilo de vida.
Todos tenemos un plan para nuestro futuro, pero a veces la vida puede interponerse en el camino para seguir esa senda mejor trazada. La gente suele ponerse metas muy altas cuando se trata de alcanzar el éxito en cualquier área o áreas en las que esté trabajando. Está muy bien utilizar esas elevadas aspiraciones como motivación, pero asegúrate de que lo que te propones es posible dentro de un plazo establecido sin tener expectativas demasiado exigentes sobre ti mismo.
Evalúa lo que estás haciendo después de cada paso, y luego ajústalo en consecuencia si es necesario.
Con tantos objetivos en los que trabajar, es importante no sólo que el plan sea realista para tu estilo de vida, sino también que tengas una buena idea de los pasos que hay que dar. El primer paso de cualquier estrategia orientada a la consecución de objetivos debe consistir en averiguar exactamente dónde estás y a qué distancia estás de alcanzar tu punto de destino antes de emprender cualquier otra cosa. Recuerda: si algo no funciona, cambia de táctica.
Recompénsate cuando consigas hitos o alcances objetivos importantes en el camino.
Los beneficios de recompensarte a ti mismo cuando consigues hitos o alcanzas objetivos importantes en el camino incluyen el sentirse realizado y motivado. Recompensar tu duro trabajo también puede ayudar a aliviar los sentimientos de vergüenza, culpa y rabia, devolviendo una salida saludable a estas emociones; incluso podría proporcionar un alivio de la depresión.
Para cosechar las recompensas lo antes posible, debemos asegurarnos de que hay incentivos en cada paso de nuestro camino, que nos mantendrán firmes hasta el final.
Para evitar el problema de establecer demasiados objetivos y abandonar, es importante priorizar tus objetivos. Una vez que los hayas priorizado, crea un plan sobre cómo vas a alcanzar esos objetivos. Esto puede incluir la elaboración de plazos para alcanzar cada objetivo, así como la evaluación de lo que se ha hecho hasta ahora después de cada paso dado. Aunque cumplir todos nuestros objetivos puede ser difícil a veces, este proceso nos ayudará a facilitar las cosas a largo plazo, al no abrumarnos con demasiadas tareas a la vez y ser capaces de lograr todo lo que nos proponemos sin sentirnos desanimados o abandonar del todo.