La motivación es algo poderoso. Es lo que nos hace seguir adelante en los días en que no podemos encontrar la energía para salir de la cama o mantener los ojos abiertos más allá de las 7 de la tarde. La motivación nos hace superar los momentos difíciles y nos ayuda a alcanzar objetivos que de otro modo no habríamos podido conseguir. Pero, ¿cómo puedes motivarte cuando no quieres hacerlo? Esta entrada del blog te mostrará algunas formas que pueden ayudarte:
1. Empieza con una tarea fácil que puedas hacer para coger impulso.
Si sientes que no puedes ocuparte de todas las tareas que necesitan tu atención, aquí tienes una forma sencilla de coger impulso y ocuparte de cualquier tarea. Lo que queremos hacer es empezar con una tarea fácil que podamos hacer para poner en marcha nuestro impulso. Esto nos facilitará abordar tareas más difíciles y nos motivará más adelante. ¿Y qué es una tarea fácil? Puede ser algo como organizar un cajón o preparar tu calendario para mañana por la mañana; ¡cualquier cosa que te haga empezar! Una vez que hayas hecho esto, coge otra tarea pequeña pero no abrumadora de tu lista y sigue adelante hasta que lo hayas completado todo. Te encontrarás asumiendo proyectos más grandes sin ni siquiera pensarlo.
2. Divide las tareas grandes en pasos más pequeños y manejables.
A muchos de nosotros nos cuesta abordar las tareas grandes. Parece que no podemos empezar porque nos sentimos abrumados por todo ello. Y si empezamos, suele ser por poco tiempo antes de frustrarnos y abandonar. Divide cualquier tarea grande en pequeños trozos para que cada uno sea más fácil de gestionar. Esto te ayudará a mantener la motivación y a tener siempre algo más en lo que trabajar cuando necesites un descanso o te quedes sin fuerzas.
3. Añade una recompensa por completar cada paso de la tarea.
Mucha gente se encuentra en una situación en la que necesita motivación para completar una tarea. La forma más eficaz de hacerlo es establecer recompensas que se darán cuando se complete el paso. Éstas pueden ser de todo tipo, como pasar tiempo con los amigos y la familia o darse un capricho con tu comida favorita. Hay muchas cosas diferentes que puedes hacer por ti mismo al completar cada tarea, así que no te limites.
4. Recompénsate a ti mismo incluso si la tarea no está completa: esto te ayudará a motivarte para terminarla.
Mucha gente siente que no merece una recompensa hasta que la tarea esté completa. Sin embargo, eso puede llevar a la procrastinación y a no completar nada. Si te recompensas con algo pequeño cuando empiezas a trabajar en una tarea, te resultará más fácil seguir adelante y terminar lo que hay que hacer.
5. Pide ayuda a otra persona cuando sea necesario.
No siempre es fácil pedir ayuda. Queremos ser independientes y fuertes, pero a veces necesitamos un poco de ayuda de los demás. Esto es especialmente cierto cuando se trata de la familia, los amigos y los colegas. No te hace débil o menos persona si pides ayuda a otra persona, de hecho te hace más al reconocer tus limitaciones y pedir lo que necesitas para que la tarea se realice con el mínimo estrés para ti.
6. Encuentra formas de hacer que tu tarea sea divertida.
Una de las cosas más difíciles de hacer en un día son los deberes. Es un mal necesario que a nadie le gusta hacer, pero hay que hacerlo. La clave para hacer los deberes de forma rápida y eficaz es encontrar formas de hacerlos más agradables para ti, escuchando música o siendo creativo en la forma de realizar las tareas.
Cuando te parezca que no puedes seguir adelante, prueba a utilizar algunas de estas técnicas. Funcionan porque ayudan a aumentar tu motivación y hacen que la tarea parezca menos desalentadora. Recuerda que aunque no completes un paso o no consigas completar toda la tarea, ¡cualquier progreso es un buen progreso!