Agobiados por la perspectiva de todas las opciones, nos encontramos paralizados e incapaces de tomar una decisión. Aquí es donde entra el exceso de pensamiento; cuando nuestro cerebro asume demasiada responsabilidad en la toma de decisiones, y tratamos de tener en cuenta todos los resultados posibles antes de elegir una opción. El problema es que nunca hay un punto final: es imposible prever lo que va a ocurrir a continuación, y esto nos lleva de nuevo al conflicto con nosotros mismos porque seguimos sin estar seguros de qué camino tomar. Esta entrada del blog ofrece varios consejos para tomar el control de tus pensamientos.
Identifica a tu crítico interior.
Es habitual identificar a tu crítico interior como la voz dentro de ti que te dice: «nunca serás lo suficientemente bueno». Al principio puede parecer un pensamiento benigno y autocrítico. Sin embargo, esta crítica puede en realidad socavar cualquier progreso realizado para alcanzar nuestros objetivos y sueños. Cuanto más nos detengamos en estos pensamientos o los escuchemos sin desafiarlos, se harán más fuertes en nuestra mente hasta que nos resulte demasiado fácil creer lo que sale de esos labios críticos.
Detén tu propio diálogo interno negativo.
Hay varias formas de detener el discurso negativo en tu cabeza. Un método para superar esta negatividad es mediante la repetición regular de afirmaciones positivas -también conocidas como «autoconversión»-; se ha demostrado que tales demostraciones dan lugar a un aumento de los niveles de optimismo y a una disminución de los síntomas de ansiedad, como el insomnio o la agorafobia, cuando se enfrentan a tareas/situaciones estresantes más adelante.
Escribe en un papel lo que te molesta, y luego rómpelo o quémalo para liberarte de la ansiedad que provocan esos pensamientos.
Escribir lo que te preocupa es una forma estupenda de ayudar a calmar la ansiedad. Escribir tus pensamientos no sólo libera espacio en la mente, sino que también ayuda a crear perspectivas nuevas y diferentes sobre las cosas que pueden proporcionar alivio a las sobrecargas mentales, a la vez que fomentan la atención plena.
Escribir las cosas a medida que suceden es a veces muy útil cuando se lucha contra el exceso de pensamiento. Escribir tus pensamientos detalladamente en un papel a mano puede ayudar a reducir su fuerza para que no interfieran con las posibles soluciones durante los ciclos de sueño por la noche, por ejemplo. Una vez escritos, simplemente rómpelos en muchas partes pequeñas antes de prenderles fuego, lo que hace que nos deshagamos de esas molestas preocupaciones de una vez por todas, al tiempo que liberamos la energía negativa de nuestro interior a través de un humo limpiador que se eleva hacia el cielo como oraciones que escapan de nuestros labios sin reservas.
Habla con alguien sobre cómo te sientes, ya sea un amigo, un familiar, un terapeuta u otro profesional.
Muchos profesionales han demostrado que hablar de la ansiedad o la depresión es una forma eficaz de tratamiento, porque permite a quienes las padecen sentir que no están solos con sus sentimientos; les permiten ver las posibles situaciones desde distintos ángulos y les ayuda a tener una sensación de control sobre lo que puede parecer fuera de control antes de abrir la conversación.
Practica la meditación de atención plena concentrándote en una cosa cada vez.
Cada vez que te pones a pensar, tu mente empieza a correr. Puede que empieces a pensar en un plazo de entrega en el trabajo o en la discusión que tuviste con tu pareja la noche anterior y, en poco tiempo, hay docenas de cosas que se te han pasado por la cabeza en cuestión de segundos. Una forma de calmar este tipo de ansiedad es practicar la meditación de atención plena: Muchas personas encuentran la paz a través de la meditación de atención plena, centrándose en su patrón de respiración y ralentizándose lo suficiente como para que nada más importe, excepto estar presente con lo que está ocurriendo ahora mismo: ¡no se permiten pensamientos pasados ni preocupaciones futuras! Esta práctica te ayuda a estar más centrado y menos ansioso ante los retos de la vida.
Concéntrate en lo que te hace feliz y haz más de esas cosas en tu vida.
Es más fácil estar en paz con uno mismo si uno se centra en lo que le hace feliz y hace más de esas cosas en su vida. Esta estrategia no sólo te ayuda a no sentirte ansioso por pensar demasiado, sino que también puede hacer que tengas un estilo de vida más feliz en general.
Para dejar de pensar en exceso, tenemos que ser conscientes de cómo funciona nuestro cerebro. La buena noticia es que hay formas de aprender a dejar de pensar en exceso para hacer las cosas, ¡y no requieren un psicólogo o un costoso terapeuta! Con nuestra entrada del blog como ejemplo, esperamos que ahora puedas ver lo sencillo que es para cualquiera tomar el control de su propio poder cerebral… lo que significa tomar las riendas de su vida. Así pues, si te encuentras constantemente dudando de tus decisiones o de ti mismo, ten en cuenta estos consejos para tomar control de tus pensamientos.