La mañana es un momento de nuevos comienzos. Es el comienzo de tu día y es una de las partes más importantes de tu vida. ¿Pero qué pasa si sientes que estás demasiado cansado? ¿Y si las mañanas son realmente difíciles para ti? ¡Esta entrada del blog te ayudará con eso!
Sal de la cama enseguida al sonar el despertador.
Si te levantas de la cama en cuanto suene el despertador, enseñarás a tu cerebro que despertarse temprano es algo bueno. Esto ayudará a animar al cuerpo a despertarse a tiempo por la mañana. El mero hecho de salir de la cama después de un sonido irritante como el de un despertador puede ser difícil y a veces sólo queremos pulsar el botón de repetición, pero si esto se convierte en una rutina, ¡no hay vuelta atrás!
Haz una rutina de ejercicios rápida antes del desayuno para que la sangre fluya.
El ejercicio aeróbico libera endorfinas que nos hacen felices; Empezar el día con ánimo significa que tendremos más energía a lo largo de cada nueva hora; Nuestros ritmos circadianos también nos lo agradecerán, ya que regulan los patrones de sueño cuando se estimulan lo suficientemente temprano. Una buena sesión de sudor puede ayudar a aumentar el metabolismo más tarde, porque hacer ejercicio a primera hora de la mañana acelera nuestro metabolismo.
Dúchate después de levantarte.
Un comienzo limpio del día te pondrá de buen humor y te preparará para cualquier cosa que se te presente. Una ducha ofrece muchos beneficios; puede despertar a alguien que se siente aturdido, o simplemente hacer que se sienta renovado por la sensación de agua en la piel. El olor del jabón ayuda a crear una experiencia aromaterapéutica y todo ello sin tener que gastar demasiado dinero.
Desayuna en los 30 minutos siguientes a levantarte de la cama.
Los beneficios de desayunar a los 30 minutos de levantarse de la cama son innumerables. No sólo tendrás más energía y resistencia, sino también frena los antojos más tarde, lo que te hace menos propenso a comer en exceso alimentos poco saludables. Además, una comida sana pone en marcha tu metabolismo para el resto de la mañana, lo que ayuda a mantener estables los niveles de azúcar en sangre.
Empieza el día con una mentalidad positiva.
Una forma de hacerlo es centrarte en lo que va bien: por ejemplo, cuando te levantes, piensa en lo bien descansado y relajado que estás porque la noche anterior fue estupenda. Aunque al principio no parezca tan malo, asegúrate de no dejar que ningún pensamiento negativo se cuele en tu cabeza; empieza a pensar en positivo lo antes posible o se convertirá en algo peor.
Bebe un vaso de agua antes de levantarte de la cama para ayudar a despertarte.
La mayoría de la gente está probablemente demasiado familiarizada con la sensación de despertarse en medio de una neblina, con los ojos pesados y la cabeza palpitando mientras los pensamientos toman forma lentamente. Esa sensación de hundimiento en el fondo que te dice que va a ser otro largo día, ¡pero hay esperanza! Lo mejor para estos males matutinos podría ser el agua. Un estudio descubrió que cuando los participantes bebían 10 vasos de agua al día se sentían con más energía a lo largo del día que los que no bebían ningún líquido. El agua hidrata tu cuerpo, lo que evita la sensación de fatiga o letargo durante las primeras horas de la mañana, ya que proporciona la energía de la propia hidratación a través de electrolitos como el potasio y el sodio, y también ayuda a eliminar las toxinas.
Si te sientes cansado por las mañanas, probablemente se deba a que tu cuerpo aún se está adaptando al nuevo huso horario. El cuerpo tarda unas dos semanas en adaptarse y volver a sentirse normal. Prueba algunos de estos consejos que te ayudarán a aliviar el cansancio matutino y te darán más energía a lo largo del día. ¿Tienes alguna otra sugerencia? ¡Comenta abajo con tus ideas sobre cómo podemos mejorar este artículo juntos!