El proceso de duelo es complicado. Puede ser tan difícil saber cómo afrontar la pérdida que es fácil quedarse atascado en la cabeza y olvidarse de las propias necesidades. En este post expondré algunas formas de manejar tu dolor sin esforzarte en no sentirte triste por tu pérdida.
Identificar qué es lo que estás llorando.
No siempre sabemos por qué lloramos, pero es importante reconocer la emoción y darle un nombre. ¿Qué sientes? ¿Tristeza? ¿Ira? ¿Soledad? Con el tiempo, nuestros sentimientos de tristeza disminuirán. Al principio puede parecer imposible porque hemos estado reprimiendo nuestras emociones durante mucho tiempo.
El duelo es un proceso confuso y emocional que puede confundirse fácilmente. Es importante saber qué es lo que te aflige, para poder abordar adecuadamente el problema en sus propios términos y finalmente dejar ir.
Algunas personas pueden no darse cuenta de que están de luto por algo hasta que ha pasado algún tiempo o incluso meses, lo que les hará sentir que su duelo está enterrado, cuando en realidad hubo momentos de aceptación mezclados con periodos de negación durante este periodo en el que se intenta seguir adelante como si nada hubiera pasado y no se hubiera perdido aún toda esperanza. Esto lleva muchas veces a la depresión, porque esos pensamientos dolorosos siguen volviendo por mucho que se esfuerce en deshacerse de ellos.
Permite que otras personas de tu vida tengan la oportunidad de apoyarte en tu duelo.
A menudo pensamos que la gente intenta no apoyarnos durante nuestro duelo, pero a veces simplemente no saben cómo hacerlo. Puede que no hayan tenido la misma experiencia que tú, o que tengan miedo de decir algo incorrecto y disgustarte más.
El duelo pasa factura a todos, tanto a los cercanos como a los lejanos, que quieren a la persona en duelo. Permite que los demás en tu vida, especialmente los amigos cercanos o los parientes como los padres o los hermanos, te apoyen cuando parezca imposible para cualquier otra persona que no seas tú mismo.
Toma el control de tu vida para que vuelva a ser un lugar apropiado para ti.
La pérdida de un ser querido o de algo que atesoras no es fácil de superar. Se necesita tiempo y esfuerzo para sanar, pero hay pasos que se pueden dar para seguir adelante. Éstos incluyen:
1. Acepta la pérdida.
Es difícil seguir adelante cuando todavía quieres algo que se perdió. No importa si era una persona o una cosa, no puedes olvidarlo y seguir con tu vida hasta que aceptes su pérdida. El problema es que no siempre somos capaces de hacerlo de inmediato porque estamos en negación y no queremos enfrentarnos a la realidad.
No podrás dejar ir hasta que aceptes la pérdida de esa persona o cosa en tu vida. Todos sabemos lo que se siente al perder a alguien a quien amamos, pero a veces, cuando nos dejan demasiado pronto y no hay posibilidad de cerrarlo, nuestro corazón puede sentirse como un cristal destrozado sin posibilidad de volver a unirse. Pero, ¿y si te dijera que la aceptación es en realidad la clave? Sin aceptar cualquier situación -buena o mala- es imposible dejar ir porque todo parecerá insuperable sin resolución. Y aunque esto puede no ser fácil al principio, ya que muchas personas siguen luchando desde la etapa de negación dos décadas después de que su ser querido haya fallecido, permanecer atascado en el limbo no ayudará a nadie a sanar…
2. Acepta el duelo.
Algunas personas no pueden aceptar el dolor de la pérdida y hacen cualquier cosa para evitarlo. Pueden tener miedo de que, si sienten el dolor, nunca puedan dejar ir y estén en un estado de agonía constante durante el resto de sus vidas. La buena noticia es que la aceptación no significa que hayas renunciado a la esperanza ni que te hayas dejado consumir por la desesperación. La aceptación significa que estás preparado para volver a dar cabida a la felicidad en tu vida.
«Cuando se pierde a alguien o algo importante, lo único que queda es una profunda tristeza». Esto significa que no tiene sentido tratar de evitarla, porque cuando intentamos huir de nuestros sentimientos sólo nos alcanzan más pronto que tarde. Puede parecer que se huye, pero aceptarlos como parte de la vida, en lugar de apartarlos, puede dar cierta sensación de alivio con el tiempo.
3. Realizar cambios que te ayuden a superar la pérdida
A menudo pensamos que la muerte de una persona es la pérdida definitiva, pero no siempre es así. A veces, podemos perder a alguien sin que muera realmente. Esto puede deberse a que se hayan mudado o a que nos hayan dejado por otra pareja. Tienes que estar dispuesto y ser capaz de hacer cambios en tu vida para poder dejar ir. Aquí tienes algunos pasos prácticos que te ayudarán a superar este difícil momento de tu vida cuando te enfrentes a los cambios que hay que hacer después de perder a alguien importante:
– Crea una lista de todas las cosas por las que estás agradecido.
Cuando la vida te lleva por un camino difícil, puede ser fácil olvidar las cosas buenas. Pero cuando todo lo demás falla, siempre hay algunas pequeñas bendiciones que surgen de cualquier situación, ya sean grandes o pequeñas; escribe en una lista las cosas positivas para no olvidarlas.
– Escribe tus sentimientos en una carta.
Cuando estés luchando contra un mal estado de ánimo, escribir tus pensamientos y sentimientos en una carta puede ayudarte, debido a que es habitual que, incluso después de que haya pasado el tiempo, algunas personas sigan sintiendo tristeza cuando piensan en sus recuerdos con esa persona o cosa; esto suele conocerse como «fantasmas». Este tipo de morada en retrospectiva puede hacer más daño que bien al retener la energía negativa de un acontecimiento ocurrido hace mucho tiempo, lo que podría llevar a uno a la depresión si no se trata adecuadamente… ¡o en absoluto! Dicho esto, siempre hay quienes encuentran la paz cerrando de este modo para ser capaces de dejar ir.
– Encuentra una forma de liberarte: voluntariado, ejercicio físico, escribir un diario.
El voluntariado puede ayudarte a sentir que tus esfuerzos marcan la diferencia en el mundo de otra persona. El ejercicio es una forma estupenda de reducir el estrés y ponerse en forma al mismo tiempo. Escribir un diario puede ser justo lo que necesitas después de esa dura experiencia: da espacio a la contemplación sin juzgar los puntos de vista de los demás.
– Lleva una dieta bien equilibrada.
Cuando estamos de duelo, nuestro cuerpo necesita energía extra para curarse después de perder a alguien cercano: comer alimentos saludables no sólo nos da más combustible, sino que también nos hace pensar en lo bien que saben, lo que puede distraernos de soñar con la tristeza o echarlos de menos todo el día.
– Deshazte de cualquier cosa que te recuerde lo sucedido o te entristezca al mirarla (ropa, fotos).
Puede que tengas que hacer una buena cantidad de escarda, pero el resultado final merece la pena. A veces los viejos recuerdos nos siguen a todas partes; por eso, deshacerte de cualquier cosa que te recuerde o entristezca a la vista -ya sea ropa o fotos- te ayudará en el proceso de dejar dejar ir.
La mejor manera de afrontar la pérdida no es centrarte en cómo te sientes, sino aprender a dejarlo ir. No hay una forma correcta o incorrecta de hacer el duelo: todo depende de lo que funcione para cada persona durante su propio proceso de duelo.