Un día productivo es aquel en el que eres capaz de completar lo que tienes que hacer, te sientes bien con tus logros y te queda tiempo para relajarte. Un día productivo no siempre ocurre por sí mismo, pero hay algunos pasos que se pueden dar para que sea más probable.

1. Empieza la mañana despertándote lo suficientemente temprano.

Las mañanas son el momento más productivo del día. Si no puedes levantarte lo suficientemente temprano para tener tiempo suficiente para todas tus tareas, pon una alarma más temprana y vuelve a intentarlo mañana. Te sorprenderá ver cómo te sientes más realizado.

2. Establece objetivos para el día que sean realistas y alcanzables.

Todos tenemos objetivos para el día, la semana, el mes y el año. Es importante establecer objetivos realistas y alcanzables para maximizar tus posibilidades de éxito. Por ejemplo, no te pongas como objetivo levantarte a las 5 de la mañana si no eres una persona que suele levantarse temprano. Si quieres dormir más, intenta fijarte el objetivo de irte a la cama más temprano o de echarte una siesta por la tarde. Establecer objetivos alcanzables te ayudará a conseguir lo que es más importante en tu vida.

3. Aborda primero los asuntos más importantes para que no se acumulen con otras tareas menos urgentes.

Es importante priorizar tus tareas para poder abordar primero los asuntos más urgentes. Si esperas hasta más tarde, pueden acumularse con otras tareas menos urgentes y te resultará más difícil o te llevará más tiempo completarlas. Esto es especialmente cierto si se trata de un proyecto que requiere varios pasos o que lleva cierto tiempo. Esto no sólo te ahorrará tener que trabajar en estos proyectos más complicados durante un día ya ocupado, sino que les da su merecida atención sin dejar que persistan en tu mente como algo «que realmente deberías hacer pronto».

4. Establece plazos para ti mismo, de modo que haya un incentivo para seguir con la tarea en lugar de perder el tiempo.

Si no tienes una fecha límite para ti mismo, es fácil pasar el tiempo haciendo cualquier cosa menos trabajar. Una buena forma de evitar este problema es establecer plazos y fechas límite por adelantado, de modo que haya incentivos para mantenerse centrado o completar las tareas que tienes a mano, a la vez que te das margen para hacer cambios cuando surjan obstáculos inesperados.

5. Sé consciente de tus pensamientos a lo largo del día.

Una de las cosas más importantes que puedes hacer para ser productivo es ser consciente de tus pensamientos. Si te encuentras con pensamientos negativos, esto tendrá un efecto negativo sobre tu productividad y tu estado de ánimo.

6. Evita procrastinar iniciando las tareas en cuanto surjan, en lugar de aplazarlas o dejar que se acumulen.

La procrastinación es el enemigo de la productividad. Lo mejor que podemos hacer ahora para evitar esta terrible enfermedad llamada «procrastinación» es empezar estas pequeñas responsabilidades de inmediato en lugar de dejar que se acumulen. Así conseguirás realizar más cosas, lo que también te ahorrará algo de cordura en el camino.

Estas son sólo algunas de las cosas que puedes hacer para tener un día más productivo. ¿Te parecen útiles? Si es así, ¡intenta incorporarlas a tu propia rutina y verás cómo te va! Ahora que hemos repasado algunas formas estupendas de tener un día óptimamente productivo, consideremos lo que ocurre cuando no se siguen estos principios. Si no se sigue alguno de estos pasos, los niveles de productividad se verán drásticamente afectados, ya que se pierde tiempo en tareas que podrían completarse rápidamente o evitarse por completo con una mejor planificación. El resultado final puede ser sentirse abrumado por demasiados proyectos inacabados: ¡no es nada bueno!