Las personas pueden experimentar miedo y ansiedad como resultado de muchas razones diferentes. Es importante recordar que todo el mundo experimenta estas emociones en algún momento, pero lo que determina el resultado es cómo las manejamos. Esta entrada del blog comparte cinco formas de gestionar el miedo y la ansiedad para que no te impidan conseguir lo que quieres en la vida.
1. Respirar profundamente.
¿Tienes días en los que tu ansiedad es tan alta que consume tus pensamientos? Cuando no puedes concentrarte en nada más que en lo asustado que estás, o en los peores escenarios que se repiten una y otra vez en tu cabeza. Si es así, hay algunos pequeños hábitos que puedes practicar y que te ayudarán con esto. Uno de ellos es respirar profundamente. Se ha demostrado que la respiración profunda reduce la presión sanguínea y la frecuencia cardíaca, así como las hormonas del estrés, como el cortisol y la adrenalina, lo que se traduce en una disminución de la sensación de pánico o miedo.
2. Hablar con alguien sobre tus sentimientos y miedos.
Si estás experimentando un periodo de gran ansiedad y miedo, habla con alguien sobre ello. Puede ser tu madre o tu padre o un amigo que parezca lo suficientemente amable como para escuchar en confianza. Si hablar con los amigos no parece la mejor opción por cualquier motivo, busca una línea de chat anónima a la que la gente llama cuando quiere ayuda para gestionar sus emociones, porque en estas líneas nadie les conoce pero todos están ahí con el mismo propósito: ¡sentirse mejor!
Al hablar con alguien sobre tus sentimientos y miedos, te sentirás más cómodo contigo mismo y puede que aprendas nuevas formas de afrontar estos problemas mejor que antes. También proporciona una salida para compartir lo que te molesta sin sentir que la única salida es a través de métodos autodestructivos como el abuso de sustancias o el suicidio que, de todos modos, lo más probable es que no solucionen nada a largo plazo.
3. Cambiar tu perspectiva sobre la situación que te está causando miedo o ansiedad.
Utilizar tu imaginación para visualizar el peor escenario posible te hará entrar en un estado de miedo y ansiedad. No caigas en esta trampa. En su lugar, cambia tu perspectiva sobre lo malo que podría ser utilizando técnicas de visualización: imagina que todo sale exactamente como estaba previsto o mejor de lo esperado en lugar de peor.
Cambiar tu perspectiva sobre la situación que te causa miedo tiene muchos beneficios. Por ejemplo, si creas una nueva imagen mental de ti mismo en este escenario y sustituyes cualquier imagen temerosa por otra segura, puedes cambiar la ansiedad o el miedo que sientes a primera vista. Ya no te sentirás abrumado y paralizado cuando estos pensamientos salgan a la superficie, porque ya no te parecerán tan aterradores. Por ejemplo, si tienes miedo a volar en avión, intenta pensar en el avión como tu propia casa segura donde nadie puede hacerte daño, en lugar de un objeto que va a miles de kilómetros por hora por el aire sin protección de nada a su alrededor.
4. Cuando te sientas ansioso, desafía tus pensamientos para ayudarte a centrarte en los aspectos positivos y reducir el estrés.
Desafiar tus pensamientos sobre la situación que te está causando miedo o ansiedad puede alterar cómo te sientes al respecto. Desafiar estos pensamientos tiene muchos beneficios, como permitirte centrarte en los aspectos positivos, lo que ayudará a reducir el estrés y a mejorar el estado de ánimo en general.
5. Centrarte en algo distinto de lo que te está haciendo sentir miedo.
Hay mucho poder en centrarse en algo distinto de lo que nos hace sentir miedo. Piénsalo, cuando nos sentimos asustados y nuestra mente empieza a divagar hacia el peor escenario posible, ¿qué suele ocurrir? El enfoque se hace más fuerte y acabamos sintiéndonos más ansiosos. Cuando, en cambio, elegimos centrarnos en algo que nos aporta alegría o paz, esos sentimientos de miedo son expulsados por las cosas que nos hacen felices. Esto no sólo es bueno para tu salud mental, sino también para tu salud física.
Si cambias lo que te preocupa, cambiará tu forma de sentirte. Cuando sentimos miedo por algo, nuestra adrenalina empieza a bombearse y nuestra presión arterial aumenta: es una respuesta natural de lucha o huida. Pero si podemos controlar hacia dónde dirigimos esta energía, nos ayudará a mantener la calma en lugar de reaccionar con miedo.
El miedo y la ansiedad son incómodos, pero también son una parte natural de la vida. Las cinco técnicas que hemos compartido en esta entrada del blog pueden ayudarte a gestionar estos sentimientos y a ponerlos en perspectiva cuando surjan (¡lo cual es normal!). Se necesita práctica para cogerle el tranquillo -como a cualquier otra cosa-, pero con el tiempo, estas herramientas se convertirán en algo natural para ti, de modo que el miedo o la ansiedad no tengan poder sobre lo que haces día a día. Así te sentirás más seguro de tus decisiones y preparado para lo que venga. ¿Qué otras formas has encontrado útiles para gestionar tu propio miedo? Háznoslo saber en los comentarios de abajo, ¡nos encantaría escuchar a nuestros lectores!