En la sociedad moderna, a menudo nos comparamos con los demás. Es difícil no hacerlo porque es natural que como criaturas sociales queramos tener un sentido de pertenencia con personas e intereses similares. Sin embargo, la comparación puede ser perjudicial cuando te sientes constantemente inferior o superior a otra persona de tu vida, que puede tener más dinero que tú o mejor aspecto, sea cual sea el caso. En este artículo se explica cómo dejar de compararte, así como los efectos negativos de la comparación.
La comparación es una tendencia humana natural.
Nos comparamos con los demás a diario. Esto se llama comparación social y está a nuestro alrededor. En este proceso de comparar nuestras vidas con las de aquellos que parecen tener más éxito que nosotros -personas que creemos que están mejor económicamente, son más estables emocionalmente, más inteligentes, etc.-, tendemos a sentirnos peor con nosotros mismos, porque por muy bien que te vaya en relación a ti, las cosas siempre pueden ir mejor para los demás.
Compararte con los demás puede provocar sentimientos y pensamientos negativos sobre ti mismo.
Compararte con los demás puede llevarte a sentirte molesto con tus propias capacidades y tu éxito. Se trata de una forma de pensar negativa que puede tener repercusiones duraderas en la forma de pensar sobre ti mismo en el futuro.
Cuando nos comparamos con los demás, puede hacernos sentir mal por lo que somos. Esto se debe a que la sociedad y los medios de comunicación suelen establecer unos estándares de belleza poco realistas que llevan a la gente a creer que sus cuerpos no son lo suficientemente buenos o no tienen lo que necesitan cuando se comparan con estas imágenes inalcanzables.
Deja de compararte con los demás, fijándote en tu propio progreso personal y no en sus logros.
Puedes obsesionarte con compararte con los demás, pero es importante no perder de vista tu propio camino. Intenta centrarte, en cambio, en las mejoras que has conseguido en un periodo de tiempo determinado, en lugar de fijarte demasiado en lo que otras personas han conseguido durante ese mismo periodo.
Reconoce cuándo te sientes deprimido porque te estás comparando, y cambia tu mentalidad a algo más positivo y edificante.
Cuando te sientas deprimido porque te estás comparando, reconoce que probablemente es porque tu mentalidad es demasiado negativa. Cámbiala y en su lugar, piensa algo más positivo como «puedo hacerlo mejor que ellos» o cualquier cosa edificante para salir de un estado depresivo.
Céntrate en lo que te hace feliz y no compares esas cosas con las opciones de vida de los demás.
En lugar de comparar tus elecciones de felicidad con las de los demás, piensa en lo que quieres para ti. Todos tenemos caminos diferentes en la vida y es importante que lo reconozcamos a la hora de decidir nuestros propios objetivos, en lugar de intentar compararnos con el mundo que nos rodea.
Deja de compararte con otros que no son como tú en esos aspectos.
Recuerda que todos tenemos diferentes puntos fuertes, debilidades, intereses y demás. Por lo tanto, compararte con otros que no son como tú en esos aspectos será inútil, ya que pueden tener dificultades con cosas que a ti te resultan naturales o fáciles.
Deja de compararte con otros que no son como tú en esos aspectos. Compararte con otras personas puede provocar sentimientos y pensamientos negativos sobre tu propia valía. La mejor forma de detener la comparación es fijarte en tu propio progreso personal en lugar de centrarte en lo que hace feliz o exitosa a otra gente. Reconoce cuando te sientas deprimido a causa de las comparaciones, y céntrate en lo que te hace feliz a TI.