Es difícil ser asertivo cuando nos sentimos enfadados. El enfado y la asertividad son polos opuestos, pero ambos no son mutuamente excluyentes. Para estar menos enfadado, es importante aprender a equilibrar estos sentimientos para poder conseguir lo que quieres sin ser un prepotente o un agresor. Esta entrada del blog es una guía, si te resulta difícil ser asertivo cuando estás enfadado, prueba los siguientes pasos:
1. Reconoce tus signos físicos de enfado.
La rabia se presenta de muchas formas: desde las palabras cortas y afiladas hasta el lanzamiento de cosas. Pero es fácil para nosotros, como personas, dejar que la ira consuma nuestra mente e invada cada centímetro de nuestro cuerpo hasta que no seamos más que una bomba de relojería a la espera de explotar ante la próxima persona que diga algo malo.
Para combatir tus emociones ardientes antes de que se te vayan de las manos, hay algunas técnicas que pueden ayudarte a regular el grado de enfado reconociendo qué señales físicas (por ejemplo, músculos tensos) significan cuando una emoción estalla en nuestro interior; si esto ocurre rápidamente, respira hondo o aléjate para que nadie salga herido innecesariamente, porque aunque ser asertivo puede no ser posible en estos momentos, tener control sobre ti mismo es primordial.
2. Respira profundamente y cuenta hasta 10 antes de hablar.
Esta técnica se denomina control de la ira y, si se practica correctamente, puede ayudarte a gestionar tus emociones. Normalmente, en entornos de grupo es difícil para las personas con una personalidad fuerte o que son propensas a «perder la calma». El primer paso de este proceso consiste en respirar profundamente mientras cuentas del uno al diez antes de hablar; de este modo, si sigues teniendo problemas después de diez segundos, respira de nuevo y vuelve a empezar hasta que esos pensamientos originales se hayan calmado lo suficiente como para que no se interpongan. Practicando estas técnicas de forma continuada (sobre todo en momentos de estrés), no sólo te resultará más natural la asertividad, sino que también podrás equilibrar mejor tus respuestas sin parecer enfadado o combativo todo el tiempo.
3. Identifica el problema que te ha hecho enfadar y ponlo en palabras.
El primer paso para superar tu enfado es identificar el problema que te ha hecho enfadar y ponerlo en palabras. Al hacerlo, te das la oportunidad de averiguar por qué las cosas han sucedido de determinada manera hasta ahora. Si no nos enfrentamos inmediatamente a un problema, podemos desarrollar fácilmente sentimientos de resentimiento o frustración ¡sin saber siquiera qué nos molesta!
A veces, cuando algo nos molesta durante mucho tiempo o nos hace mucho daño -todo ello sin que lo sepamos-, resulta difícil hablar de cómo nos sentimos porque aparece la vergüenza: «Debería ser capaz de manejarme mejor que esto; no debería necesitar la ayuda de nadie». Pero pon en palabras lo que te molesta antes de que estos pensamientos se conviertan en emociones abrumadoras y vuelvan a apoderarse de tus acciones.
4. Habla con calma y respeto.
Si te han enseñado que la ira es una emoción mala, puede resultar difícil ser asertivo cuando te sientes enfadado. Sin embargo, esto puede resultar a menudo perjudicial en todos los aspectos o áreas de tu vida.
Los beneficios de hablar con calma y respeto son muchos: es más probable que las discusiones terminen de forma pacífica si se manejan con calma en lugar de con gritos; de este modo habrá menos posibilidades de herir a alguien emocional o físicamente debido a su incapacidad para entender la situación que dio lugar a la discusión.
5. Pide directamente lo que necesitas de los demás, pero no exijas.
Cuando estamos enfadados puede ser difícil pedir algo de forma asertiva, pero a menudo el simple hecho de exponer nuestras necesidades nos ayuda a recuperar la compostura y a afrontar la situación con más calma, en lugar de dejar que el enfado dicte nuestra forma de comportarnos en la vida cotidiana.
Es difícil cuando estamos enfadados porque nuestro enfado puede hacernos olvidar que la gente puede estar igual de confundida sobre por qué las cosas suceden o están sucediendo de la manera en que lo hacen, ¡incluidos nosotros mismos! Expresar tu frustración sin exigir nada es una de las mejores maneras de conseguir que los demás te entiendan mejor, para que todos se sientan escuchados, comprendidos, atendidos… ¡y queridos!
6. Planifica con antelación pensando en alternativas si te dicen que no.
Planificar con antelación y pensar en alternativas en caso de que te digan que no, puede ser una buena manera de evitar sentirte impotente. Si te resulta difícil hacerte valer cuando estás enfadado, tómate un tiempo antes de que el enfado se convierta en una discusión acalorada. Esto dará a tu cerebro el tiempo suficiente para idear posibles soluciones que pueden no ser evidentes en el momento.
Aprender a equilibrar estos sentimientos es importante para conseguir lo que quieres sin ser prepotente o agresivo. Si te resulta difícil ser asertivo cuando estás enfadado, prueba los pasos expuestos en este artículo. Esto te ayudará a mantener la calma sin dejar de obtener resultados ¿Tienes algún consejo para equilibrar las emociones? ¡Háznoslo saber en la sección de comentarios más abajo!