Los perezosos son el tipo de personas que prefieren ver la televisión antes que hacer otra cosa. Siempre llegan tarde, y nunca tienen ambición de salir o probar cosas nuevas, nunca están contentos con lo que tienen, y siempre quieren más. Una persona perezosa también puede ser desorganizada, desordenada, desmotivada y egoísta. En otras palabras, ¡no viven la vida en absoluto!, ¡no es de extrañar que este tipo de personas nunca consigan mucho en la vida! Pero hay esperanza, porque existe una cura para la pereza: la disciplina. La disciplina se puede conseguir estableciendo objetivos y trabajando duro para conseguirlos cada día. Te ofrecemos 5 características de la persona perezosa:
1. Las personas perezosas suelen desentenderse de la vida y no participan en actividades que consideran demasiado difíciles o exigentes.
Las personas perezosas suelen estar menos comprometidas con la vida y rehúyen las actividades que consideran demasiado duras o exigentes. Al mismo tiempo, esta falta de compromiso puede tener muchos efectos negativos en su imagen de sí mismos, lo que puede hacer que se sientan aún más desanimados a la hora de participar más adelante. Tienden a desentenderse de las actividades que parecen demasiado difíciles o exigentes, y sólo se centran en las cosas que tienen una solución fácil.
2. Evitan el trabajo siempre que es posible y pueden pasar el tiempo tumbados viendo la televisión en lugar de hacer algo productivo.
Dificultan las tareas más fáciles y no tienen motivación para trabajar en nada productivo. Evitan la responsabilidad viendo la televisión todo el día. Siempre buscan una solución fácil o algo que les permita conseguir el dinero suficiente, por lo que nunca parecen esforzarse para alcanzar ningún objetivo a largo plazo, sino que se centran más en pasar por la vida con pocas molestias.
Cuando les preguntas qué va bien en sus vidas en estos días, no hay nada que merezca la pena mencionar porque todo ha fracasado miserablemente a su alrededor ya y ahora parece que sólo la suerte podría salvar a esta persona de sí misma antes de que las cosas vayan cuesta abajo rápidamente…
3. La pereza también puede significar evitar los compromisos sociales con los demás por miedo a que se les exija hablar, interactuar o pensar de forma crítica sobre algo más.
La pereza es también el miedo a pensar críticamente sobre las cosas. Esto puede ser especialmente difícil de evitar cuando los compromisos sociales requieren que hables, interactúes o pienses más de lo que suele ser cómodo para alguien sumido en esta condición.
La pereza no consiste sólo en evitar el trabajo manual, sino que puede significar querer permanecer en tu zona de confort, no hablando con los demás y manteniendo las conversaciones a un nivel superficial.
4. La pereza puede verse en lo aletargada que está una persona en sus movimientos, incluso cuando tiene suficiente energía para hacer cosas.
La pereza afecta a las personas de muchas maneras. Realmente tiene la capacidad de apoderarse de todo tu ser si la dejas supurar durante demasiado tiempo sin cuidarte de primera mano, lo que lleva a las personas perezosas por un camino en el que carecen de energía y motivación incluso cuando tienen la oportunidad delante de ellos.
La pereza puede venir de cualquier parte y en cualquier momento; para algunos es su elección de estilo de vida, mientras que otros han caído en la pereza debido a circunstancias externas como la depresión o a cambios no deseados.
5. Una persona perezosa puede tener problemas para cumplir sus compromisos porque carece de autodisciplina o no se preocupa lo suficiente por la tarea en cuestión para completarla adecuadamente.
Es fácil ser perezoso en la vida y posponer las cosas, pero esto puede acarrear muchos problemas. Por ejemplo, te puede resultar difícil no sólo mantener los compromisos que has contraído con otras personas, sino también completar las tareas adecuadamente, lo que podría acabar causando más trabajo más adelante o incluso tener algún tipo de impacto negativo en tu reputación.
Tanto si eres perezoso como si no, es crucial mantener el rumbo cuando se asumen compromisos. Lo último que se necesita es una lista de promesas rotas y una ética de trabajo vacía. Tanto si tenemos tiempo para ello como si no, a veces mantener nuestra palabra es más importante que cualquier otra cosa en la vida, porque sin integridad no hay confianza.
Puedes ser perezoso, pero no tienes que serlo. La pereza no es un requisito para la vida; es sólo una opción. La disciplina no es fácil al principio, pero si te esfuerzas cada día y te fijas objetivos alcanzables, ¡la pereza no será más que un pensamiento ocasional en tu mente! Empieza hoy mismo estableciendo algunos objetivos diarios, y recompénsate cuando los completes con algo significativo, como un helado o un tiempo al aire libre. En poco tiempo, todos llevaremos una vida mejor gracias a nuestra disciplina.